lunes, 26 de septiembre de 2011

Declaración de la Democracia Cristiana de Providencia

Ante las medidas adoptadas por el Alcalde de Providencia, Cristián Labbé Galilea, para intentar normalizar el Año Escolar y poner fin a la toma de los establecimientos educacionales del Municipio, que han mantenido los alumnos de los mismos con motivo del Conflicto Estudiantil que vive el país, la Democracia Cristiana de esta Comuna:

1. Reitera la necesidad de una pronta solución de dicho Conflicto, atendiendo – por parte del Gobierno - debidamente a las demandas fundamentales que en el ámbito educativo han planteado los estudiantes, dentro de las cuales están principalmente: Garantizar una Educación de calidad en todos sus niveles; asegurar el acceso a la misma a todos los niños y jóvenes del país sólo en función de sus capacidades y sin que en modo alguno ello sea impedido por razones económicas, sociales o culturales; adoptar las medidas necesarias para que, en el caso de quienes han asumido y pueden asumir el financiamiento de su esfuerzo educativo, el costo que ello conlleva no constituya una gravosa carga que agobie la vida personal y familiar; exigir el más estricto cumplimiento de las exigencias de la Ley en cuanto a las normas que ellas impone para el funcionamiento de los establecimientos educacionales y a las condiciones de calidad que ella establece para los servicios que entreguen.

2. Reafirma su convicción de que en democracia la vía más fecunda y eficaz para solucionar los conflictos es el diálogo entre interlocutores dispuestos a entender las posiciones del Otro, en tanto que la intransigencia y las medidas de fuerza sólo agravan las situaciones.

3. Sostiene que la mayor responsabilidad para lograr las condiciones necesarias para tal diálogo recae en quienes ejercen cargos de autoridad o quienes tienen mayor experiencia vital.

4. Rechaza, por tanto, categóricamente las medidas adoptadas por el Alcalde Labbé para intentar recuperar el control de los establecimientos educacionales de la Comuna

5. Repudia, en especial, su idea de que dichos establecimientos no abran matrículas el próximo año, pues ello no sólo es desproporcionado, sino que daña a quienes no tienen relación con el Conflicto.

6. Expresa lo planteado, en los párrafos 4º y 5º precedentes, sin pronunciarse respecto a las eventuales inconstitucionalidades e ilegalidades en que puede haber incurrido el Alcalde al adoptar las medidas en comento, pues corresponde a los Tribunales de Justicia que resuelvan al respecto.

7. Deplora que, para proceder ante los estudiantes en conflicto de la Comuna, se haya implicado a Carabineros de Chile, pues su misión es resguardar la seguridad ciudadana y combatir la delincuencia, que afecta a tantos vecinos de Providencia. No lo es, en cambio, actuar para intentar superar situaciones educacionales por conflictivas que ellas sean.

8. Estima que, una vez superado el Conflicto, si se comprueba que hay daños en los establecimientos educacionales que han estado tomado debe corresponder a la Justicia determinar las responsabilidades y sanciones que sea menester.

9. Demanda, finalmente, que el Consejo Municipal se reúna de urgencia para: analizar en profundidad lo ocurrido; acordar las medidas que posibiliten superar las erróneas actuaciones cometidas; exigir que se asuman las responsabilidades correspondientes; y, disponer los necesario para que los vecinos de la Comuna sean plenamente informados del debate y conclusiones pertinentes.

Providencia, 24 de Septiembre del 2011

Democracia Cristiana de Providencia

Concejala tildó de "irresponsable" actitud del Gobierno ante "desesperada" medida de Labbé

Carolina Leitao (DC) fustigó que el Ejecutivo "no puede mirar al cielo". En Cooperativa llamó a concejales de la Alianza "a tomar decisiones por si mismos".

Carolina Leitao (DC), concejala de la comuna de Providencia, calificó de "irresponsable e impresentable" la actitud del Gobierno, que aseguró que no le corresponde opinar sobre la decisión del alcalde de Providencia, Cristián Labbé, de cancelar la matricula 2012 a alumnos que no sean de la comuna, medida que, a su juicio, es "desesperada".

Leitao sostuvo en El Diario de Cooperativa que Labbé no realizó "ninguna consulta" al Concejo Municipal, respecto de la decisión de cierre del año escolar en los recintos movilizados y la negativa a dar matrículas a estudiantes que no provengan de su comuna.

"No me explico de qué manera él (Labbé) puede concretar estos anuncios tan grandilocuentes porque el municipio se gestiona por fondos públicos", y aunque "hoy día Providencia puede seleccionar alumnos porque tiene mayor demanda, si sobran vacantes, nosotros no podemos dejar estas vacantes libres al arbitrio del alcalde y del Concejo", ratificó.

"Espero que el alcalde recapacite, porque puede haber sido una reacción des esperada y la desesperación es muy mala consejera", comentó Leitao.

Frente a la postura tomada por el Gobierno ante la decisión de Labbé, la concejala expresó que "me parece una actitud impresentable e irresponsable por cuanto el Gobierno no puede mirar para el cielo", ya que de cierto modo "es darle la razón a los estudiantes, cuando (estos) plantean que la educación no puede estar al arbitrio de sostenedores".

La concejala dijo que este martes se reunirá el Concejo Municipal, y aunque "he hablado solo con concejales de la Concertación", llamó a la Alianza, a que "independiente que sean mayoría en el Concejo, que puedan tomar decisiones por si mismos"

viernes, 23 de septiembre de 2011

Carta al Alcalde de Providencia

Por Nicolás Muñoz Montes

Señor Alcalde
Cristián Labbé Galilea
PRESENTE

Señor Alcalde:
Providencia, 23 de septiembre de 2011

Soy Nicolás Muñoz Montes, residente de la comuna de Providencia de toda mi vida, y me dirijo a usted con profunda molestia por los anuncios realizados el día de hoy, 23 de septiembre de 2011.

Como residente y votante de la Comuna, y habiendo sido usted elegido de forma mayoritaria en las pasadas elecciones, le recuerdo que somos los ciudadanos y nuestros votos los que le dan legitimidad al cargo que ostenta. Considero por tanto no sólo un derecho, sino un deber, exigir que su conducta como autoridad comunal se ajuste a los principios que fundan nuestra democracia y sea muestra de la virtud que los gobernados requerimos de quienes nos gobiernan.

Los anuncios realizados hoy, sobre su decisión de cerrar colegios quitando la posibilidad de aprobar el año escolar a los alumnos que no hayan seguido el programa “Salvemos el Año”; y en particular la de privar del derecho a matrícula para 2012 a jóvenes provenientes de otras comunas, son un atentado en contra del derecho a la educación de esos mismos jóvenes, aumentan la segregación del sistema educacional chileno y amenazan terminar con uno de los pocos ejemplos de solidaridad de la comuna.

Algunos de quienes vivimos en Providencia sabemos que nos ha tocado el lado amable de las enormes desigualdades que sufre el país; que el nivel de ingresos de la comuna y los beneficios que éste conlleva son un privilegio y que es una injusticia que debemos contribuir a remediar que mientras las preocupaciones de nuestra Municipalidad incluyen piscinas y bicicletas gratuitas, en otras deba lucharse a diario y de forma insuficiente para suplir las necesidades más básicas de sus habitantes, chilenos igual que nosotros.

Siendo pocos los aportes que una comuna puede hacer para remediar esta desigualdad, la apertura de su sistema educacional a jóvenes meritorios provenientes de comunas vulnerables es hasta hoy una forma directa de redistribuir recursos y ofrecerles un futuro con mejores oportunidades. Terminar con esa posibilidad es una demostración del más descarnado desinterés por la realidad del país, de un egoísmo injustificable y un ataque a los electores de Providencia que sí creemos en los valores de la Justicia y la Solidaridad.

Son jóvenes de los liceos Lastarria, Carmela Carvajal y No7, entre otros, los que con esfuerzo, largos viajes y llevando en sus hombros muchas veces las expectativas de familias y padres que no tuvieron las mismas oportunidades, nos muestran hacia dónde queremos ir como país. Son un ejemplo, y cuando la prudencia, razonabilidad y justicia indican que lo que debemos hacer es abrirle las puertas, usted se las está cerrando.

Descuidar la seguridad pública desviando los esfuerzos de Carabineros para cuidar colegios; tratar a nuestros estudiantes como delincuentes, anunciar medidas desesperadas como el cierre de colegios, son ejemplos de mal juicio y derechamente una niñería; impensables en quien tiene un deber con la Comuna.

Señor Labbé: condeno su conducta y como residente de Providencia le exijo rectifique y se ponga a la altura de los valores y actitudes que los ciudadanos requerimos de nuestras autoridades.

Atento a su respuesta, se despide cordialmente,

Nicolás Muñoz Montes
Abogado
Residente de la Comuna de Providencia

¡¡¡Por que no te callas!!!

Sr. Juan Claudio Reyes
Director
TEAM consultores asociados

Durante las últimas semanas, con mayor o menor cinismo, desde todos los sectores de la política nacional, se han alabado, una vez fallecido, los enormes méritos republicanos de la vida política de don Gabriel Valdés.

Probablemente uno de los elementos que aportó Valdés, para tener este reconocimiento tan transversal, diga relación con la capacidad para colocar sus puntos de vista sin estridencias y, siempre, alejado de la tentación de hablar mas allá de las ideas que se quieren expresar, con la pretensión de figurar en los medios de comunicación, sin tener, muchas veces, algo importante que decir.

En estos mismos días los máximos dirigentes de los partidos de la Concertación han entrado en un nuevo, aunque muy poco novedoso, período en que llenan páginas de diarios y minutos de televisión, con polémicas acerca del funcionamiento de sus partidos y de la coalición, formada, precisamente, por Valdés.

Los Presidentes de los partidos y los dirigentes que le dedican su vida a la actividad política, merecen el mas amplio respeto. El esfuerzo y la renuncia a formas mas cómodas de vida, son elementos que se deben valorar y agradecer.

Sin embargo, junto con ello, es válido exigirles, en cuanto representan al colectivo, conductas que estén acordes con estándares mas allá de los mínimos, que tienen que ver con la capacidad para determinar la diferencia entre lo importante y lo accesorio; “lo de fondo” y ”lo de forma”. En eso hay una deuda muy grande.

No cabe ninguna duda que Gabriel Valdés no podría haber construido el Acuerdo Nacional; la Alianza Democrática, ni liderar la oposición a Pinochet, si hubiera sucumbido a la tentación de discutir todo por la prensa. Una de sus virtudes era, precisamente, el respeto a los demás, especialmente a los aliados, a los cuales entendió que nunca se les debía emplazar por la prensa. Esto es exactamente lo contrario a lo que hacen nuestros dirigentes de hoy.

Como pasto seco, basta que alguno lance una chispa, para que se incendie la pradera de inmediato. Y, así, pasar días y semanas en polémicas internas, tanto estériles como inconducentes, con una opinión pública que, como resumen de cada uno de estos episodios, juzga de manera negativa estas acciones, castigando a quienes las promueven, con una menor valoración de sus personerías, partidos y coalición.

¿Qué tendrá que pasar para que nuestros dirigentes se den cuenta que estas discusiones interesan a muy pocos y solo provocan mayor alejamiento de quienes se pretende representar?

Me cuento entre los que no logra entender estas polémicas recurrentes.

Si lo que se pretende es intentar elaborar una nueva propuesta estratégica, con contenidos que logren interesar a la mayoría; movilizar las energías de los militantes; conectar adecuadamente con las inquietudes ciudadanas y tener mejores posibilidades para derrotar a nuestros adversarios, entonces no hay ninguna razón para que esto se haga a través de los medios de comunicación, controlados, casi en su totalidad por la derecha y, como es obvio, utilizando las polémicas ajenas para beneficio propio.

¿Tienen derecho nuestros dirigentes a ignorar esta realidad? Creo que no.

El por que no te callas, dicho por el Rey de España al Presidente Chávez, tenía como sentido el pedir a alguien que no interrumpiera la discusión de lo principal, introduciendo un “ruido comunicacional” que no aportaba a nada.

Las encuestas de opinión hoy no son favorables a la política y particularmente negativas para la oposición. Es probable que eso tenga mucho que ver con la capacidad de hablar mucho y decir poco.

Se le adjudica a Einstein definir la locura como la capacidad para hacer siempre las cosas de una misma manera y esperar que estas cambien.

Algo de eso hay en lo que comento.

Tal vez sea el momento de callar por un tiempo. Dedicarse a entender, antes de interpretar con superficialidad. Hacerlo con discreción, mas que con altisonancia. Buscar verdaderamente los acuerdos, mas que intentar “anticiparse” a los socios, esperando una ventaja chica, que usualmente no llega.

Y, sobre todo, convocar a mas a la tarea colectiva. Hoy nuestras dirigencias actúan cada vez mas encriptadas, como entendiendo que la tarea colectiva disminuye el poder de los que ostentan la representación formal, sin entender que, precisamente, lo que la sociedad movilizada reclama son mayores grados de participación.

Uno de los tiempos mas significativos en la Iglesia católica, es el “tiempo de adviento”, que es aquel en que los católicos se preparan para la segunda venida de Jesucristo. Y esperan siempre, aún cuando en dos mil años ello no haya ocurrido. Pero tienen fe y esa fe los mueve y los conmueve.

Soy de los que sigue teniendo fe en la capacidad de que una coalición amplia, que represente a los sectores mas amplios de la sociedad, esté en condiciones de construir una alternativa mas solidaria que, representando a todos, se oriente en la posibilidad de construir un orden regido por la Justicia Social, como valor superior de la construcción de una comunidad inclusiva y no discriminatoria.

Tal vez ello sea posible. Mientras tanto ¡¡¡Por que no te callas!!!

Santiago, septiembre 20 de 2011

martes, 6 de septiembre de 2011

Política y Espíritu

Escribe Jorge Andrés Cash*

“Muchos entendemos la discusión de una nueva Constitución, como la posibilidad de encauzar el momento hacia un proceso de revisión profundo de los valores que inspiran nuestras bases institucionales, impulsado a través de los cauces normativos que se definan y con la participación efectiva y no meramente simbólica de todos los sectores sociales.”

Cómo proponer salidas institucionales audaces, representativas del sentir ciudadano y de la nueva realidad social sin caer o sucumbir al populismo, es probablemente uno de los desafíos más complejos que enfrentan quienes deben hablarle al país desde el centro político y desde una visión equilibrada, gradual y armónica de los cambios sociales.

En este sentido, ha sido posible constatar, cómo dentro de las distintas salidas institucionales que se han propuesto para encauzar el movimiento social, se levanta cada vez con más fuerza, la necesidad de generar una nueva Carta Fundamental.

Dicha alternativa, para algunos populista, destemplada, desproporcionada hasta innecesaria -por no justificarse técnicamente su modificación o sustitución para realizar transformaciones profundas-, significa para otros, algo mucho más profundo que cambios a las reglas políticas o económicas.

Representa más bien, el fin de la transición, sobre la base del perdón pero nunca del olvido, como también simboliza, la posibilidad de construir un nuevo pacto social que nos impulse hacia un salto espiritual profundo en nuestra sociedad, destinado a garantizarle dignidad y respeto a los más desposeídos, seguridad y esperanza a la clase media y en que la justicia social penetre el alma de los más favorecidos.

De esta manera, no se trata sólo de una transformación a las reglas políticas o económicas del país. Se trata de un cambio espiritual de la sociedad en su conjunto.

En este sentido, muchos entendemos la discusión de una nueva Constitución, como la posibilidad de encauzar el momento hacia un proceso de revisión profundo de los valores que inspiran nuestras bases institucionales, impulsado a través de los cauces normativos que se definan y con la participación efectiva y no meramente simbólica de todos los sectores sociales. Sólo así creemos que será posible construir nuevas décadas de estabilidad y progreso para el país.

En consecuencia, no parece ser excusa pertenecer al centro político o poseer determinada identidad doctrinaria, para abstenerse o temerle a una discusión de tal envergadura. Sin embargo, para que dicho proceso sea exitoso, se debe creer profundamente en la Democracia y en la capacidad que ésta tiene de proveer los mecanismos e instrumentos necesarios que nos permitan construir unidos los pilares espirituales sobre los cuales se cimienten las bases políticas, económicas, sociales y culturales, que nos trasladen en paz y armonía a una nueva era para Chile. A eso está llamado hoy el centro político.

*Presidente Nacional Juventud Demócrata Cristiana