Fui invitado por el Partido Democrático Italiano en mi condición del Vicepresidente de la DC chilena, para participar en una masiva manifestación pública que se desarrolló el pasado sábado 5 de noviembre en la Plaza San Juan de Roma.
Al partido Democrático le interesa conocer la experiencia de una coalición de centro izquierda, construida sobre las vertientes ideológicas del humanismo cristiano y el socialismo. A continuación comparto mi intervención en el referido acto masivo:
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Sean mis primeras palabras para saludar, con profunda emoción al pueblo italiano reunido aquí, en la Plaza San Giovanni.
Saludo al Secretario General del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, a sus dirigentes, a sus militantes, a los miembros y dirigentes de partidos amigos, a los invitados de diversos países de la Unión Europea, que se sienten convocados a esta masiva y alegre manifestación popular.
Vengo del Sur profundo del mundo, de Sud America, de Chile, lo hago en mi condición de Vicepresidente de la Democracia Cristiana chilena y si me lo permiten en representación de la coalición de “Centro e Izquierda, la Concertación de Partidos por la Democracia, que dio gobierno y gobernabilidad a Chile por 20 años, eligiendo 4 Presidentes de la República durante ese periodo”.
Respetamos sinceramente la autonomía de los pueblos para darse las formulas democráticas, según sus particulares historias, culturas, y propuestas de desarrollo político, social y económico.
No creemos en modelos absolutos de exportación, cada sociedad es libre de elegir su camino, su vía, sobre la base del respeto irrestricto a la democracia, a la libertad a los derechos humanos.
No obstante y sobre la base del principio de no intervención en la política domestica, cuando uno ve a tantos reunidos y empeñados en la “Ricostruzione”, in nombre del popolo italiano”, puede y debe compartir una experiencia de construcción de unidad en la diversidad.
En efecto como decía previamente el partido político que aquí represento, desde el centro vanguardista forma parte de una coalición de “Centro e Izquierda” que fue oposición a una dictadura militar de extrema derecha, la enfrentó y la derrotó con la fuerza de las ideas y la movilización popular pacifica. Luego fue gobierno durante 20 años y déjenme decirlo con legítimo orgullo un buen gobierno, permítanme compartir tres elementos que acreditan ese legítimo orgullo:
1) Cuando el pueblo nos eligió en 1990, el número de chilenos que vivían en la pobreza era superior al 40%, cuando termino el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet el 2010, el número de chilenos bajo la línea de la pobreza era apenas superior al 10%.
2) En 20 años de gobiernos el ingreso per capita se triplicó
3) La esperanza de vida al nacer, en esos mismos 20 años aumento en 8 años.
Todo aquello lo construimos desde una coalición política que unió al centro y la izquierda democrática, antes adversarios, incluso más de una vez enemigos.
Lo hicimos desde una mirada progresista de la sociedad, de la cultura, de la economía, de la política.
Lo hicimos poniendo en común, lo que nos une, reconociendo nuestras diferencias, nuestras especificidades ideológicas, sí poniendo el acento y la mirada en lo compartido, postergando legitimas diferencias, todo en la perspectiva de otorgar gobernabilidad y sentido de pertenencia y unidad nacional, a la cotidiana tarea de dar buen gobierno.
Hoy que el pueblo nos puso, democráticamente, en la oposición al actual gobierno de Chile, seguimos actuando unitariamente y más allá de las dificultades, entendemos que nuestra posibilidad, concreta, de recuperar en las próximas elecciones presidenciales, el poder, pasa definitivamente por mantener las bases de esta coalición progresista, donde caben el centro y la izquierda.
He relatado sumariamente nuestra propia experiencia, porque vemos con honesta esperanza lo que esta construyendo día a día, el Partido Democrático, lo que construyen ustedes.
Millones que vivimos en los países del Sur de America, miramos con atención y entusiasmo los procesos de convergencia social y política que transitan países de la Unión Europea.
Lo que pase aquí, en Europa, no solo no es indiferente para nosotros, es esencial, un mejor mundo pasa por ello, aquí están parte de nuestras raíces culturales.
En un mundo que cada día nos da advertencias, sobre la crisis y sus devastadoras consecuencias, que nos dice que ya basta de desigualdades, que da cuenta de descontentos sociales, de disturbios urbanos, de violencia, surge en muchas partes la necesidad imperiosa, de reconstruir, sobre la base de la unidad de propósitos de los progresistas, un mundo mejor donde impera la justicia, y la igualdad de opciones para todos.
Al finalizar estas palabras de amistad por vuestro esfuerzo y empeño, citando a Baumann, “ya va siendo hora de que dejemos de decir que no hemos oído las advertencias o de preguntas por quién doblan las campanas, cada día más estruendosas”.
Pasemos ahora, no mañana de la perplejidad a la lucidez.
Amigas y amigos, aquí en la Plaza San Giovanni, en Roma, cuna de la civilización, hay una esperanza de un mundo mejor, esa esperanza son ustedes.
Muchas gracias.
Jorge Burgos Varela
Diputado
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